Siempre he sido una apasionada por comer de manera saludable, pero mi viaje en busca de concientizar a los demás sobre la nutrición realmente comenzó hace muchos años cuando me diagnosticaron cáncer de mama. En ese momento, estaba conmocionada. No podía entender cómo me había enfermado, ya que realmente creía que estaba comiendo saludable y cuidando mi cuerpo. Aún tenía mucho que aprender. Decidida a luchar y a ganarle a mi enfermedad, comencé a investigar las dietas anticáncer y las prácticas de bienestar para librar a mi cuerpo de esta horrible enfermedad. Para mi sorpresa, aprendí que la mayoría de los alimentos que tenemos a nuestra disposición no son tan saludables como creemos. Muchos están muy procesados, y llenos de conservantes y colores artificiales. De hecho, es probable que haya estado lastimando a mi cuerpo en vez de ayudarlo.

También aprendí que el estrés y la aflicción tienen una función influyente en el desarrollo de diversas enfermedades y afecciones crónicas. La pérdida reciente de unos de mis padres me hirió profundamente. Fue un dolor que se manifestó físicamente en la forma de esta enfermedad potencialmente letal. El aprender a manejar esta aflicción y controlar saludablemente el estrés fue la clave de mi proceso de curación.

La curación no es solo comer lo correcto ni ejercitarse la cantidad correcta de tiempo. Ni siquiera practicar yoga o meditación. Se trata de comprender la interconectividad que existe entre la mente, el cuerpo y el alma, y asegurarse de que no se descuide ninguna parte de la condición humana. Afortunadamente, hice las conexiones, y tuve éxito al librar a mi cuerpo del cáncer y sobrevivir con un mayor entendimiento de la vida y una mayor apreciación de ella. Este es un entendimiento que espero poder compartirles a todos ustedes.

Estamos todos en el mismo viaje. Cuidémonos entre nosotros a lo largo del camino.